lunes, noviembre 12, 2018

La trampa de la diversidad


Uno de los últimos libros que me he leído es La trampa de la diversidad, un interesante y documentado ensayo de Daniel Bernabé que me hizo replantearme muchas cosas sobre la izquierda y su papel en la política actual. Además, la presentación que hizo hace algunas semanas en Oviedo me permitió escuchar muchas de sus reflexiones en vivo, haciendo así que el interés que ya tenía por su libro fuera todavía mayor.
Desde un punto de vista que, en ocasiones, me da la sensación de que es un tanto pesimista, el autor plantea una cuestión que me parece muy acertada: la izquierda parece abandonar el discurso de clase para orientarse hacia reivindicaciones que podríamos definir como “sectoriales”. Estas reivindicaciones sectoriales, como la lucha feminista, o la reivindicación de los derechos del colectivo LGTBI, si bien son importantes, no se integrarían en una estrategia global que relacionase esas luchas entre sí, lo que hace que la lucha se atomice. A la vez, al no integrar esas reivindicaciones dentro de un discurso de clase, de clase trabajadora, parece que también se pierde la propia identidad de la izquierda.
Según Bernabé, toda esta atomización del discurso de izquierda respondería, en realidad, a un interés neoliberal por fragmentar las luchas de la izquierda a través de una serie de ideas que priorizan el individualismo frente a la conciencia común.
Al plantear estas cosas en su texto, el autor ha recibido numerosas críticas, que, desde mi punto de vista, son totalmente inmerecidas. A través de un análisis muy documentado, lo que Bernabé hace es describir esa atomización de las diferentes “luchas” que se están llevando a cabo desde la izquierda, atomización que, nos dice, estaría muy vinculada al actual neoliberalismo, que habría eliminado la identidad de la clase trabajadora y sería en parte la responsable de esa atomización, a través de una deliberada apropiación de las diferentes “luchas” y de sus iconos, como por ejemplo de la lucha feminista y de figuras como la de Frida Kahlo. Y, desde mi punto de vista, tiene toda la razón, ya que estamos viendo como a diario dedicamos mucho tiempo a hablar de cosas que, aunque son muy importantes también, no relacionamos entre sí dentro de una estructura global, a la vez que dedicamos menos tiempo a plantearnos cuestiones que afectan más directamente a nuestra vida, como los bajos salarios.
Pero además, lo que sería verdaderamente grave es que, a la vez que la izquierda olvida el discurso de clase, la derecha, aunque no lo exprese de manera explícita, lo sigue manteniendo, y así vemos como el recientemente elegido Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, recibió apoyos de personas de color, como el futbolista Ronaldinho, a pesar de que Bolsonaro es abiertamente racista. Eso se debería a que, para esas personas, es más importante la clase social (alta), que la raza, y por eso votaron por Bolsonaro.
Pero, aparte de todo esto, desde mi punto de vista, el mayor valor del libro de Bernabé consiste en haber planteado un debate sobre la izquierda en la actualidad que nos debería llevan a replantearnos nuestra estrategia dentro de la izquierda, siendo autocríticos con nuestra postura y buscando una estrategia globalizadora. Ya solamente por eso vale la pena leerlo.
Un libro para leer con atención, para subrayar mucho y, sobre todo, para reflexionar mucho.