Hola
a todo el mundo:
Uno
de los temas más importantes y, probablemente, uno de los más trascendentales
de estos últimos tiempos es el del referéndum que se quiere celebrar en Cataluña para consultar sobre su posible independencia. De hecho, desde mi punto de
vista, es, sin duda, una de las cuestiones más relevantes con las que nos
encontramos en nuestro país ahora mismo.
Voy
a pasar por alto toda la retórica de la que hacen uso algunos políticos,
tertulianos y demás especies, que dicen que se trata de un “desafío” o de un “órdago”,
y simplemente voy a dar mi opinión: no me gustaría que Cataluña se
independizase, pero no me parece mal que se celebre el referéndum.
¿Por
qué? Pues simplemente porque a través de él se sabría de verdad cuánta gente
quiere la independencia y si realmente es una posibilidad factible, y entonces se podrían buscar soluciones.
El
nacionalismo también es un sentimiento muy arraigado en lugares como Quebec o
Escocia, y en esos lugares los Gobiernos centrales no tuvieron miedo de preguntar a la población para conocer su opinión sobre la independencia,y en esos casos, la mayor parte de la
población decidió que no la quería cuando se votó. Sin embargo, ¿Por qué el
Gobierno español tiene tanto miedo a la consulta? ¿Por qué, si fueron
precisamente los nacionalistas catalanes uno de los grupos que más apoyó los
Gobiernos del PP? Es decir, ¿por qué si el independentismo nunca había sido una
preocupación mayoritaria en Cataluña?
En
primer lugar, pensemos en qué momento se empezó a hablar en serio de
independencia en esa Comunidad. Fue precisamente en estos tiempos de crisis,
cuando los Gobiernos de CiU empezaron a desarrollar unas políticas similares a
las que desarrollaba el PP desde Madrid, lo que hizo que les hiciera falta algo
que los diferenciara del Partido Popular claramente. Entonces, se envolvieron
en la bandera y se mostraron independentistas. Fue una maniobra política de
libro, aunque yo creo que en ningún momento pensaron llegar tan lejos.
Después,
la reacción del Gobierno de Rajoy fue la esperable en alguien como él. En lugar
de debatir, se limitó a amenazar. En lugar de buscar soluciones que mantuvieran
a Cataluña dentro de España quizá haciendo algunas concesiones, se dedicó a amenazar
con mandar a la Guardia Civil. Y entonces muchos catalanes que sí se sentían
esencialmente de allí pero que nunca habían pensado seriamente en ser
independentistas, decidieron que no querían tolerar las amenazas de Madrid y
empezaron a sumarse a la causa independentista.
Y
así, amig@s mí@s, es como quien debería velar por la integridad del Estado, es decir,
el Gobierno central, se convierte en el responsable de que cada vez haya más
independentistas.
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