Creo que a estas alturas todo el mundo sabe que el cine es una de mis pasiones, así que, siempre que tengo oportunidad, aprovecho para ver alguna peli. Y hoy me apetece hablaros de una de las últimas que vi: Deathgasm.
Deathgasm
nos cuenta la historia de Brodie, un chaval amante del Metal que llega a un
pueblo de Nueva Zelanda a vivir con sus tíos y su primo. Se hace amigo de otros
inadaptados del pueblo, forman un grupo, una cosa lleva a la otra y terminan
invocando a las fuerzas del mal con una de sus canciones.
Hasta
aquí parece algo tópico y típico, pero la película me parece que, sin dejar de
ser un mero divertimento, es mucho más interesante que eso, porque a diferencia
de lo que se hizo en otras películas como Rock Star o la infumable Isi/Disi, en
este caso se hizo con verdadero respeto hacia la música que aman los
personajes. A pesar de lo tópico del argumento, se nota que quien hizo esta
película conocía la música que sirve de hilo conductor al relato y le gusta, y
por eso la incluye en la peli.
Al
margen de la música, la peli tiene una serie de golpes muy divertidos, como el “videoclip”
que graban o la alucinación que tiene la chica cuando escucha Metal por primera
vez. Por cierto, que en este caso la chica no necesita que la salven, sino que
se salva ella sola sin ayuda de nadie.
Una
peli muy divertida, bastante gore también y, sobre todo, con muy buena música
de fondo.