El otro día, como
ya habéis podido leer en MetalCry, estuve en un concierto de Los
Suaves, un grupo que ha sido parte de mi vida desde que era adolescente. Era la décima vez que los veía, y seguramente será la
última, porque esta es su gira de despedida. Y, ahora que sé que
nos los voy a poder ver más, sé que me va a faltar algo.
Porque desde que los
escuché por primera vez, cuando tenía dieciséis o diecisiete años,
con aquel disco titulado San Franciso Express que grabé en una cinta
de casete y que me aprendí de memoria, siempre han sonado en casa. Con ese doble directo, el
¿Hay alguien ahí?, que también tenía en cinta, o con el disco que
se llamaba Santa Compaña, que mis colegas me regalaron original
también en casete. Luego llegó la primera vez que los vi, allá por
1998 en la plaza de toros de Oviedo, dentro de las fiestas de San
Mateo, en un polémico concierto que fue comentado durante varios
meses en las páginas de correspondencia de la revista Kerrang!, que
yo leía entonces. Un año después, en el mismo sitio, volví a
verlos, esta vez ya sin Gelo a la batería, aunque sí salió en una
canción a hacer coros.
Luego vinieron
conciertos buenos y malos, largos y cortos, desde un mini-concierto
de cinco canciones en la FNAC cuando sacaron el recopilatorio Un paso
atrás en el tiempo, a uno magnífico, creo que en 2003, en la playa
de Poniente de Gijón, en plena Semana Grande de la ciudad.
También llegaron
muchos cd’s a mi casa. Algunos antiguos, como el Malas Noticias, o
todos aquellos que ya tenía en cinta, y otros que llegaron a mis
manos a medida que el grupo los iba editando, como el Víspera de
Todos los Santos, el propio Un paso atrás en el tiempo, o el Si yo fuera Dios.
Y más conciertos.
En la discoteca El Jardín en Gijón. En la sala Quattro de Avilés.
En la sala Espacio Estilo de Oviedo. Otra vez más en San Mateo en Oviedo. Otra vez en una carpa montada junto a la estación de autobuses de Langreo.
Y, por último, el
viernes pasado en las fiestas de San Mateo de Oviedo. Y creo que no
podría haber sido una mejor despedida del grupo que ha puesto banda
sonora a mi vida desde hace ya muchos años, porque todo fue especial
desde el momento en el que me acerqué al mostrador de prensa a decir
que era el de MetalCry y me dieron un pase de backstage. ¡¡Mi
primer pase de backstage y es con Los Suaves!! Eso me permitió
deambular por la zona mixta y meterme en el foso a hacer fotos.
Encontrarme con Charlie y Fernando, hablar con ellos y fotografiarme
con ellos.
Luego vino su
actuación, con un repertorio impecable y una interpretación como yo
había años que no veía en un concierto suyo. Y con invitados.
Muchos invitados que hicieron de esa noche algo que todos los que
estábamos allí recordaremos mucho tiempo.
¿Era una lágrima
lo que me bajaba por la mejilla el viernes cuando sonó el último
acorde de “La noche se muere”? Tal vez, la verdad es que no lo
recuerdo bien. Pero si lo era, era lo menos que podía pasar al haber
sido testigo de un concierto único.
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