Estos días no
paramos de escuchar a todo el mundo opinar sobre la situación en
Grecia, una situación muy mala que, además, puede llegar a poner en
cuestión la misma supervivencia de la Unión Europea. Pero veamos en
qué consisten los problemas de Grecia.
En primer lugar, el
Gobierno conservador mintió en sus datos de déficit. Luego, el
Gobierno socialista no pudo afrontar los pagos a sus acreedores, y
ahora, el Gobierno de Syriza se muestra dispuesto a renegociar la
deuda para que así sea posible que Grecia pueda pagarla. Que esto es
importante recordarlo. Nadie en Grecia dice que no quieran pagar la
deuda. Lo que piden es reestructurarla para poder pagarla, porque el
mismo Fondo Monetario Internacional reconoce que la deuda griega es insostenible.
No sabemos qué
puede pasar después del referéndum que se ha convocado en Grecia
para preguntar a sus ciudadanos si quieren continuar con las
políticas de austeridad marcadas desde Bruselas, que solo han
servido para empobrecer más a esos mismos ciudadanos, o si se va a
adoptar una postura independiente ante unas instituciones europeas a
las que parece no importarles el sufrimiento que la austeridad ha
causado a los ciudadanos.
Pero lo que sí
sabemos es que la austeridad no ha servido de nada y que las
políticas de la Eurozona han resultado ineficaces.
Por mucho que nos
quieran convencer de lo contrario.
Por cierto, un par de artículos interesantes, de dos premios Nobel de Economía, sobre el tema:
Uno de Paul Krugman.
Y otro de Joseph E. Stiglitz y Martín Guzmán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario