Ya está, ya lo
hice, por fin vi Ocho apellidos vascos. Después de no-sé-cuántas
semanas siendo la película más vista, después de ser la película
más taquillera de la Historia del cine español, por fin la vi.
Y, la verdad, es una
peli divertida, pero no me pareció nada del otro mundo. Sí que lo
pasamos bien durante el rato que dura, nos reímos y todo eso. Pero
nada más. Es una película entretenida, pero que no se va a estudiar
en las Escuelas de Cine. Entonces, ¿por qué ha tenido tanto éxito?
Una posible
explicación puede ser que, con tantos problemas que tenemos, de vez
en cuando nos hace falta desconectar, y hacerlo con una película
divertida puede ser una buena opción.
Pero yo creo que,
más bien, es cosa de que la peli en cuestión tuvo una campaña de
marketing brutal detrás, orientada a convencernos de que era la
película que había que ver este año, y así consiguieron que una
peli que no era objetivamente mejor que las demás de la cartelera,
fuera la más vista.
Eso sí, durante la
hora y media que dura, las risas están aseguradas.
Que no es poco.
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