sábado, febrero 06, 2010

Magia en directo

No se me ocurre otra forma de definir lo que vi anoche en la Sala Albéniz. El concierto de los cordobeses Medina Azahara fue magia en estado puro. Vaya por delante que no es, ni mucho menos, mi grupo favorito, que no esperaba que el concierto fuera nada del otro mundo, y que si iba era sobre todo porque nunca los había visto y porque no suelen acercarse demasiado a menudo por Asturias. Por eso, la sorpresa que me llevé fue más que agradable.
A la sala nos dirigimos, como viene siendo habitual, Miguel (alias Garry) y yo, y nos encontramos con un público muy heterogéneo. Es lo que tiene que los Medina lleven treinta años sonando en radiofórmulas a la vez que son entrevistados en revistas de Heavy como la Kerrang!, que lo mismo se podía ver a serios padres de familia junto a heavys de la vieja escuela, con greñas y chupas de cuero, al lado mismo de jovencit@s con la mayoría de edad recién cumplida, piercings y camisetas de Dolce & Gavanna.
A eso de las diez de la noche, mientras una enorme cantidad de humo inundaba el escenario, salieron Manuel Martínez y sus huestes, que comenzaron a interpretar "Aya", intro de su último, reciente y muy recomendable disco Origen y leyenda. Sin embargo, esto sería lo único que este concierto tendría en común con lo que esperábamos. En efecto, cuando comenzó la primera canción, nos dimos cuenta de que no era "Origen y leyenda", sino una bastante anterior. Me sé la letra, pero no computo cuál es hasta que me encuentro a mí mismo cantando ese estribillo que dice "Sed felices esta noche y soñad". ¡Su madre! ¡Han salido con "A toda esa gente"!
Después de ciertos problemas, continúan con "Favorita de un sultán", a la que siguen "Palabras de libertad" y "Todos necesitamos a alguien". Entre este repertorio y las pintas de los músicos, sobre todo del guitarrista Paco Ventura, da la sensación de que nos han mandado en una máquina del tiempo a hace una o dos décadas.
Continúan con "La tierra perdida (O. U. A.)", con un público entregado, a la que siguen "Tierra de libertad", "Solo y sin ti" y la clásica "Paseando por la mezquita".
Por fin, se acuerdan de que están presentando un disco nuevo y tocan "Origen y leyenda", seguida de "Aquí me tienes hoy". Los músicos, sobre todo el cantante Manuel Martínez, se muestran muy cercanos, disfrutan, no sólo están haciendo su trabajo: Están compartiendo su música con nosotros.
Suenan "Abre la puerta" y "Me culpas de todo". Entonces, se marcan un par de versiones incluidas en su último disco: el tema de Camarón "Al padre santo de Roma" y la canción de Las Grecas "Te estoy amando locamente"; que no es que las tocaran, es que nosotros nos las sabíamos. Después de este momento tan festivo (como diría alguien que yo me sé, "tan ranchito"), Manuel se sienta para, como decía él, "ponerse serio", y así interpretan "Solos tú y yo", preciosa balada en la que las parejas se achucharon como corresponde. Recuerdan su tierra con "Córdoba", tocan "El lago", "Algo nuevo" y, para regocijo de todos, para su falsa despedida, la única, la esperada, la grandiosa "Necesito respirar", en la que todos nos desgañitamos como locos (que ya tocaba escucharla en directo tocada por Medina en un concierto de verdad, y no por orquestas en alguna fiesta patronal).
No habían terminado de bajarse del escenario cuando todo el público empezó a cantar eso de "¡Eh, Medina, así no se termina!". Entonces, Paco Ventura volvió para hacer un largo solo con el que demostró por qué es uno de los mejores guitarristas de este país. De nuevo apareció una banqueta en el escenario para que Manuel se sentara y cantase la reciente "Que te quiero" (parece que está de moda eso de empezar los bises con una canción lenta), a la que siguió, ya para terminar, "Todo tiene su fin". Vuelven a interpretar la música de la intro para que Manuel presente a la banda, en la que, por cierto, se incluye como cantante de apoyo el que es cantante de Santelmo, la nueva banda del ex-Saratoga Jero Ramiro. Pero no se fueron entonces, no, se quedaron casi diez minutos saludando, dando la mano a los que estábamos en las primeras filas, haciéndose fotos y firmando autógrafos. Todo un ejemplo de buen rollo.
En resumen, un gran concierto, mucho más cañero y divertido de lo que yo me esperaba, con unos músicos enrollados y majísmos que se esforzaron por hacernos disfrutar. Faltó que tocaran "Velocidad" y, siendo muy puristas, "Navajas de cartón", pero por lo demás el repertorio fue inmejorable. La única "pega" fue que Manuel, desde mi punto de vista, se apoyó demasiado en el segundo cantante y en el público ("Necesito respirar" la cantamos más nosotros que él). Pero como dijo Miguel, el contar con un segundo cantante (además de con los coros de Paco Ventura y del teclista Manuel Ibáñez) permitía que cuando Manuel orientaba su micrófono hacia nosotros el sonido no quedase demasiado desangelado.
Total, para los que no fuisteis al concierto os digo que no tenéis ni idea del espectáculo tan genial y mágico que os perdísteis.
Nos vemos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo, gran concierto que a mi me sorprendio gratamente la verdad.

Miguel