Hace tiempo ya que decir que en nuestro país la buena educación brilla por su ausencia se ha convertido en un tópico. Y últimamente tenemos dos ejemplos muy llamativos:
El primero, el del ex-Presidente del Gobierno José María Aznar al sacar el dedo a los estudiantes de la Universidad de Oviedo que se metían con él. Como dijo Forges en su viñeta, "Todo un estadista".
El segundo, el del fulano que quería ir a Eurovisión y que se hace llamar John Cobra, que, cuando la peña lo abucheba, salió con insultos e improperios varios.
Ahora parémonos a pensar. En ambos casos, la mala educación de los protagonistas estuvo motivada por los abucheos que habían recibido antes, de modo que habría quien hasta las justificara esos comportamientos.
Entonces... ¿qué diferencia hay entre uno y otro? Pues la verdad, yo creo que ninguna. Los abucheos no estaban justificados y no tenían que haber sucedido. Pero la reacción de Aznar y del Cobra ese tampoco. Hacía falta que se portaran con algo más de decoro.
Pero claro, si un ex-Presidente no puede dar ejemplo de saber estar, ¿cómo esperamos que lo dé un aprendiz de rapero?
El primero, el del ex-Presidente del Gobierno José María Aznar al sacar el dedo a los estudiantes de la Universidad de Oviedo que se metían con él. Como dijo Forges en su viñeta, "Todo un estadista".
El segundo, el del fulano que quería ir a Eurovisión y que se hace llamar John Cobra, que, cuando la peña lo abucheba, salió con insultos e improperios varios.
Ahora parémonos a pensar. En ambos casos, la mala educación de los protagonistas estuvo motivada por los abucheos que habían recibido antes, de modo que habría quien hasta las justificara esos comportamientos.
Entonces... ¿qué diferencia hay entre uno y otro? Pues la verdad, yo creo que ninguna. Los abucheos no estaban justificados y no tenían que haber sucedido. Pero la reacción de Aznar y del Cobra ese tampoco. Hacía falta que se portaran con algo más de decoro.
Pero claro, si un ex-Presidente no puede dar ejemplo de saber estar, ¿cómo esperamos que lo dé un aprendiz de rapero?
6 comentarios:
Hola, Pablo, siento haber tardado tanto en contestarte, pero allá vamos, como en los viejos tiempos.
Creo que las dos anécdotas, aunque hayan coincidido en el tiempo, tienen poco que ver, pero como lo que escribí es enorme y no lo aceptaba tu blog, voy a dividir mi texto en dos respuestas, una por cada tema.
En la confrontación política a veces se llega a esas situaciones; mira la escena en su contexto: Aznar, expresidente del gobierno, es invitado por una universidad a dar una charla. Un grupo de manifestantes acuden al acto a presentar sus respetos y deciden quedarse a sabotear el acto a gritos (fallo de seguridad de dejarles llegar hasta la misma sala, en lugar de dejarles manifestarse en la calle). A partir de ahí pueden pasar varias cosas: o se suspende el acto (mal para la universidad y para quienes querían oir al expresidente), o les expulsan a palos los antidisturbios (mal para todos), o se lían a tortas los jóvenes peperos contra los barbudos (yupi, alegría). Al final no se hizo nada, Aznar dio la conferencia como pudo con hilo musical de fondo, pensando en la Universidad que le había invitado y en los estudiantes que se habían acercado a escucharle, y que posiblemente era la primera vez que veían a un expresidente en persona. Terminado el acto, Aznar se fue y no pudo evitar despedirse de los manifestantes que llevaba un rato llamándole de todo. ¿Realmente somos todos tan cursis que nos escandalizamos ante algo así? En otros tiempos los diputados se batían en duelo, a un ministro de la II República le pusieron un ojo morado en el estreno teatral de AMDG, Felipe González dijo públicamente que Aznar y Anguita eran "la misma mierda", él y Guerra llamaron en su momento de todo a Suárez (tahur del Missisipi), y un gerifalte del PP de los tiempos heroicos, Luis Ramallo, le lanzó un corte de mangas a Narcís Serra en el Congreso. Eso significa, por lo menos, que se calientan en los debates, y francamente prefiero eso a que se rían mientras somos los españolitos de a pie quienes nos insultamos, pegamos o incluso matamos (en otros tiempos), por lo que ellos nos digan.
Lo de John Cobra es otra historia, y no guarda ninguna relación con anécdotas de la casta política. Los modales de los padres se pueden reflejar en sus hijos, y los niños pueden imitar algunas cosas de la tele, pero esto, insisto, es otra historia. John Cobra es un macarra violento, un quinqui, un matón de barrio; mira los vídeos que ha colgado en youtube donde enseña técnicas de pelea callejera. Es de la misma casta del que agredió a la niña hispana en el metro de Valencia, esa escoria que sale por las noches a meterse de todo, pelearse, dar y recibir puñetazos y navajazos, hacer el idiota en coche, provocar accidentes, y que terminan los sábados por la noche en comisaría o en el hospital. Hace 10 años sólo habría salido en las noticias por pegarle una puñalada a alguien, pero hoy hasta el más tonto cuelga vídeos en youtube y se presenta a los concursos de la tele. Y esa realidad con la que lidian a diario los profesores en institutos chungos, policías y enfermeros, de repente se le cuela delante a Anne Igartiburu. Y eso que no pasó nada realmente grave; en otras circunstancias vimos a psicópatas anunciar sus masacres en youtube, etarras con perfil en Factbook y lista de sus contactos (ese jon rosales), o maltratadores que iban a la tele a pedir perdón a sus ex, para gracias al programa localizarlas y asesinarlas (esto pasó en España, creo que en el Diario de A3, y si no me equivoco no se han tomado medidas judiciales contra ese programa).
La violencia de John Cobra en plató no tiene nada que ver con el dedo de Aznar, sino con que no hay filtros en los medios de comunicación para distinguir a los delincuentes. La violencia genera una estética (siempre lo ha hecho), que tendría que servir para delatar a los malos (siempre lo hizo), pero que en realidad sirve para que los malos (cuya ropa, música y vocabulario están diciendo claramente "soy un criminal y en cuanto me quede a solas con una chica indefensa voy a violarla") levanten la voz y digan "si me detienes estarás reprimiendo mi libertad de expresión, y si no te gusta cómo visto te jodes".
En esa situación nos hemos metido. El sistema no mete a la chusma en la Legión extranjera (esa puede ser, en el fondo, la gente más capacitada para acercarse a un bunker enemigo y tirar una granada dentro), sino que les escolariza (sin darle al profesor las herramientas para educarle de verdad) y luego les deja sueltos hasta que maten a algún inocente que se cruce en su camino, como la pobre Sandra Palo. Y a veces salen por la tele, para gozo de quienes se hacen millonarios mostrando mierda ante las cámaras. Puede que lo hagan porque la manera de que cualquier persona honrada no les llame drogadictos degenerados es mostrar al mayor número de drogadictos degenerados por minuto, lo que conseguirá a su vez que el pueblo se aborregue y la juventud se pudra, al incapacitarles desde niños a reconocer el mal de las drogas y la estupidez.
Uf, creo que ya me estoy yendo demasiado lejos, pero echaba de menos participar en tu blog, viejo amigo.
Un abrazo enorme a tí y a tus fieles lectores.
Pedro.
Hola, Pedro, gracias por pasarte por aquí, siempre es un placer.
Lo que yo intentaba decir con mi texto es que, contextos aparte, en este país falta educación. Falta educación a los que abuchearon a uno y a otro, y les faltó educación a ellos por reaccionar como reaccionaron. Que no son el mismo caso está claro, pero la reacción fue la misma.
Que el debate político pueda calentarse no es excusa para justificar que a Aznar le intenten boicotear la conferencia (y fíjate que yo estoy de acuerdo con casi todo lo que le decían), ni para que él responda sacando el dedo.
Y lo del Cobra pues es otro ejemplo de mala educación, pero en otro contexto, porque ahí es donde podemos ver la responsabilidad que que tienen los padres al dejar que su vástago se eduque sólo con la tele y la calle. Pero no deja de ser falta de educación.
Pero esto mismo se ve, por ejemplo, si leemos los comentarios de las noticias de los diarios digitales, en los que la gente dirime diferencias de opinión con insultos. O en los clubes de fans que tienen en Facebook ciertos pseudointelectuales, que agrupan a personas que están de acuerdo no tanto en lo buenas que son las obras de dichos pseudointelectuales, sino en el odio a quienes no las aceptan como dogmas de fe. O como cuando cierta política resentida usa un gentilicio como insulto de los demás politicos.
Al final todo es falta de educación. Y al final, será el país el que lo pague.
Un abrazo.
P. D.: Por cierto, ya vi la peli que me dejaste. Qué voz más aguda tiene Joe Pesci, ¿no?
Hola, Pablo, permíteme puntualizar: el abucheo es sano hasta cierto punto, es libertad de expresión. Aznar aguantó el chaparrón y al irse les mandó a la mierda a escondidas, ni el propio fotógrafo fue consciente del gesto hasta que vio él mismo la foto. Y francamente, recibir insultos durante una hora sin responder es malo para la salud (espero que nunca te halles en esa situación).
En cuanto a John Cobra, insisto, su caso es más grave que la mala educación, mira sus vídeos en youtube y verás que es más gordo que un tonto que no aguanta las críticas, es un auténtico delincuente. Otra cosa es que su caso se hubiera resuelto con un par de tortas de pequeño, pero me temo que es mucho más profundo y complicado.
Un abrazo enorme, y sí, Joe Pesci es enorme en versión original.
Pedro.
Hablando de Educación, de la que se escribe con mayúsculas, han puesto ha disposición del público un formulario para formular sugerencias sobre el Pacto de Educación. Te pongo el enlace: http://www.educacion.es/pacto.html
Es falta de clase, que se tiene o no se tiene
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