Muy buenas, queridos lectores:
En plena campaña electoral, la polémica la tenemos ahora con el vídeo del PSOE. Que si se vuelve al dóberman, nos dicen los del otro lado. Pues la verdad, no hacía falta que exageraran tanto los rasgos de la derecha en el vídeo para que nos diéramos cuenta del riesgo que suponen algunos especímenes conservadores. Bastaba con que nos mostraran imágenes de Aznar hablando.
Sí, porque últimamente lo tenemos dicendo algunas cosas que me llevan a preguntarme si realmente sabe lo que dice o sólo habla por hablar (o por no callar).
Dice que la reforma de la Ley del Aborto nos lleva a una situación que no se ve en ningún lugar del mundo, con argumentos como los siguientes:
- Que en ningún sitio pueden las menores comprar las píldoras del día después sin receta.
FALSO: En Estados Unidos, Noruega, Albania y, dentro de la Unión Europea, Portugal, Francia, Reino Unido, Suecia y Finlandia sí pueden.
- Que en ningún lugar del mundo se puede abortar con 16 años sin consentimiento paterno.
FALSO: En Francia, Reino Unido y Suecia sí se puede.
Y de todas maneras, lo de abortar a los 16 sin consentimiento paterno no es más que aplicar la Ley de Autonomía del Paciente, aprobada en 2002 por el Gobierno de ese buen señor, según la cual, una niña de 16 años puede decidir sin consentimiento de sus padres si quiere someterse a una intervención a corazón abierto, si consiente que le amputen una pierna o, hablando de cosas más superficiales, si quiere someterse a una intervención de aumento de pecho. Y de todas formas, una cosa que Aznar no dice es que aunque las niñas tengan la última palabra, nada impide que escuchen los argumentos de sus padres.
No sé, a veces creo que Aznar debería escribir menos libros y probar a leer alguno. Igual aprendía algo. Y de paso, dejaría de dar vergüenza ajena.
Y mira que me fastidia repetirme, leñe, pero con tanta movida me apetece comentar dos cosas sobre la polémica del aborto que no me acaban de gustar.
Primera: Que los que están en contra de él se llamen a sí mismos "grupos pro-vida". No me gusta porque da a entender que, por oposición, todos los que no estamos de su lado somos "pro-muerte".
Segunda: Que se diga que los que apoyamos esta reforma estamos a favor del aborto sin más. A ver. Que nadie está a favor del aborto porque sí. Nadie. Lo que pasa es que algunos, aunque no nos acabe de gustar, lo aceptamos como un mal menor. Hombre, que nadie decide abortar como quien decide irse de botellón.
¡Cómo les gusta a algunos exagerar! O hablar por no callar.
Un saludo.
En plena campaña electoral, la polémica la tenemos ahora con el vídeo del PSOE. Que si se vuelve al dóberman, nos dicen los del otro lado. Pues la verdad, no hacía falta que exageraran tanto los rasgos de la derecha en el vídeo para que nos diéramos cuenta del riesgo que suponen algunos especímenes conservadores. Bastaba con que nos mostraran imágenes de Aznar hablando.
Sí, porque últimamente lo tenemos dicendo algunas cosas que me llevan a preguntarme si realmente sabe lo que dice o sólo habla por hablar (o por no callar).
Dice que la reforma de la Ley del Aborto nos lleva a una situación que no se ve en ningún lugar del mundo, con argumentos como los siguientes:
- Que en ningún sitio pueden las menores comprar las píldoras del día después sin receta.
FALSO: En Estados Unidos, Noruega, Albania y, dentro de la Unión Europea, Portugal, Francia, Reino Unido, Suecia y Finlandia sí pueden.
- Que en ningún lugar del mundo se puede abortar con 16 años sin consentimiento paterno.
FALSO: En Francia, Reino Unido y Suecia sí se puede.
Y de todas maneras, lo de abortar a los 16 sin consentimiento paterno no es más que aplicar la Ley de Autonomía del Paciente, aprobada en 2002 por el Gobierno de ese buen señor, según la cual, una niña de 16 años puede decidir sin consentimiento de sus padres si quiere someterse a una intervención a corazón abierto, si consiente que le amputen una pierna o, hablando de cosas más superficiales, si quiere someterse a una intervención de aumento de pecho. Y de todas formas, una cosa que Aznar no dice es que aunque las niñas tengan la última palabra, nada impide que escuchen los argumentos de sus padres.
No sé, a veces creo que Aznar debería escribir menos libros y probar a leer alguno. Igual aprendía algo. Y de paso, dejaría de dar vergüenza ajena.
Y mira que me fastidia repetirme, leñe, pero con tanta movida me apetece comentar dos cosas sobre la polémica del aborto que no me acaban de gustar.
Primera: Que los que están en contra de él se llamen a sí mismos "grupos pro-vida". No me gusta porque da a entender que, por oposición, todos los que no estamos de su lado somos "pro-muerte".
Segunda: Que se diga que los que apoyamos esta reforma estamos a favor del aborto sin más. A ver. Que nadie está a favor del aborto porque sí. Nadie. Lo que pasa es que algunos, aunque no nos acabe de gustar, lo aceptamos como un mal menor. Hombre, que nadie decide abortar como quien decide irse de botellón.
¡Cómo les gusta a algunos exagerar! O hablar por no callar.
Un saludo.
1 comentario:
Siempre la misma lucha... tanta polarización con todo resulta ya agotador. Por eso los que intentamos mantenernos en una posición que ni lo uno ni lo otro pocas veces encontramos el apoyo sino las más fuertes y duras críticas.
A mí me preocupa más el fracaso social de la no comunicación padres e hijos, de lo que nadie habla.
Lo de la ley lo entiendo como respuesta a una necesidad social que se debe estar dando, eso es otro asunto y por supuesto adelante.
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