"Si un hombre no está dispuesto a arriesgar nada por sus ideas, o sus ideas no valen nada o el que no vale nada es él". Esta frase la dijo Roberto Saviano en Barcelona a principios de febrero. Y no sé si es una justificación o qué es. Pero, vaya mierda, él lo perdió todo por escribir un libro. Y yo acabo de terminarlo; se trata Gomorra. Sí, el libro ese sobre la Camorra napolitana. Y mete miedo, colegas.
Es sorprendente leer cada capítulo sabiendo que lo que cuenta es cierto, hasta el punto de que vive amenazado por atreverse a contarlo. Que la mafia está metida en muchos más negocios de los que creemos, que afecta a muchas más cuestiones de las que imaginamos. Y que, precisamente por eso, su peligro es aún mayor de lo que pensamos.
Los mafiosos reales poco tienen que ver con los que conocimos en el cine. O mejor dicho, cada vez tienen más que ver, pero no porque el cine imite a realidad, sino porque la realidad cada vez más intenta parecerse al cine. Así, ya no se crean mafiosos cinematrográficos que intenten parecerse a los reales, sino que son los personajes reales los que intentan parecerse a los del cine.
Y me acuerdo de un cómic que leí hace dos o tres meses, Brancaccio, de los italianos Giovanni di Gregorio y Claudio Stassi. Y va de lo mismo, también de la mafia. Pero de la mafia de verdad. No la de los grandes capos, sino la de la gente del barrio. La del tendero de la esquina que paga el pizzo para que no le destrocen la tienda. La del chaval que vive atemorizado por un matón que, probablemente jamás llegará a conocer al capo para el que trabaja. La de la mujer cuyo hijo muere porque el hospital no tiene medios para curarlo porque la partida presupuestaria quedó en manos del mafioso.
Y es que el mundo es tan puñetero...
Es sorprendente leer cada capítulo sabiendo que lo que cuenta es cierto, hasta el punto de que vive amenazado por atreverse a contarlo. Que la mafia está metida en muchos más negocios de los que creemos, que afecta a muchas más cuestiones de las que imaginamos. Y que, precisamente por eso, su peligro es aún mayor de lo que pensamos.
Los mafiosos reales poco tienen que ver con los que conocimos en el cine. O mejor dicho, cada vez tienen más que ver, pero no porque el cine imite a realidad, sino porque la realidad cada vez más intenta parecerse al cine. Así, ya no se crean mafiosos cinematrográficos que intenten parecerse a los reales, sino que son los personajes reales los que intentan parecerse a los del cine.
Y me acuerdo de un cómic que leí hace dos o tres meses, Brancaccio, de los italianos Giovanni di Gregorio y Claudio Stassi. Y va de lo mismo, también de la mafia. Pero de la mafia de verdad. No la de los grandes capos, sino la de la gente del barrio. La del tendero de la esquina que paga el pizzo para que no le destrocen la tienda. La del chaval que vive atemorizado por un matón que, probablemente jamás llegará a conocer al capo para el que trabaja. La de la mujer cuyo hijo muere porque el hospital no tiene medios para curarlo porque la partida presupuestaria quedó en manos del mafioso.
Y es que el mundo es tan puñetero...
6 comentarios:
Yo lo que me pregunto es qué consiguió publicando ese libro, lo poco que sé es que los mafiosos a los que denuncia están tan frescos por ahí mientras que él va a ser asesinado un día de estos (y en la práctica ahora lo único que hace es esperar a que eso ocurra encerrado para retrasar ese triste acontecimiento)
P.D.: hacía tiempo que no comentaba :-P
Hombre, consiguió que sepamos que la mafia mete la mano en más cosas de las que pensábamos y que no es tan... carismática como nos muestra el cine. Lo que pasa que claro, a él eso le llevó a estar como está. Y en eso veo yo la putada, macho, que por contar la verdad acabó amenazado.
Pero aué mierda de mundo si la verdad acaba por destrozar la vida del que la cuenta.
¿Recomiendas este libro entonces? Es que cuando las cosas tan gordas tienen tanta repercursión, siempre me huele a podrido, a montaje o a algo raro...
Sí lo recomiendo, a mí me gustó mucho, me parece interesante. Luego todo es cosa de usar el sentido crítico para ver qué nos creemos y que no.
Un beso.
Ya me lo estoy leyendo!! La relación con los chinos me ha dejado patidifusa. Ahora la parte de secondiglliamo o algo asi es un poco coñazo, pero bueno, a ver si la paso rapido...
Yo creo que te gustará. Tiene cosas muy interesantes, como por ejemplo su relación con el tráfico de armas.
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