Por si alguien tenía dudas, ya vamos poco a poco enterándonos de cuáles son los planes de los nuevos Gobiernos. Y de los no tan nuevos.
Sin ir más lejos, aquí en Gijón ya se está perfilando lo que va a ser el próximo verano en lo que a festejos y cultura se refiere.
La Semana Negra, esa polémica Semana Negra, única en nuestro entorno, que colocó a la ciudad en los circuitos culturales internacionales y que demuestra que la cultura y el ocio pueden (y deben) combinarse, se queda sin partida presupuestaria. Y, como decía un profesor que tuve en la Universidad (y de hecho, esta frase fue lo único que me enseñó), "lo que no está en los presupuestos, no existe". Dicho de otro modo: la Semana Negra casi seguro que pasará a mejor vida. Pero que nadie se preocupe, que la van a cambiar por el enésimo festival intercéltico de Asturias.
También comentaron que los conciertos de la Semana Grande tendrían que ser más baratos. Sí, MÁS BARATOS todavía, que últimamente no están trayendo a demasiada gente interesante. Además, van a quitar el escenario de la Plaza Mayor y trasladar el de Poniente al Náutico. O sea, que los conciertos volverán al lugar del que los echaron las quejas de los vecinos, sitio en el que, por cierto, caben varios miles de espectadores menos.
Luego, si Gijón pierde turismo en verano, se quejarán, por supuesto.
Y del Consejo de Ministros de hoy, prefiero no hablar, que mañana es Nochevieja y quiero llegar de buen humor.
Un abrazo y que nadie se atragante con las uvas.